Esta entrada contiene sucesos acaecidos en marzo de 2013. Era pronto, muy pronto, no puedo especificar la hora exacta pero como tarde eran las seis de la mañana. Salíamos de mi pueblo para dirigirnos al de McTetis, iba sola en el asiento del bus, la estaba esperando. Llegamos y se sentó conmigo, ya no iba sola. Empezó a contarme que había dejado las redes sociales, ahora se dedicaría en cuerpo y alma a su blog (mentira), y me contaba cómo había encontrado una entrada de una tía que decía que las redes sociales eran retretes. Mientras tanto amanecía. Seguimos hablando hasta llegar a la típica parada de restaurante de carretera. Ya se tramaba lo peor, la gente calculando con quién ponerse en la habitación y nosotras forever alones. Volvimos al bus y al final nos tocó por descarte con gente que se intentó oponer, pero se jodieron tete.
Llegamos a Madrid, Museo del Prado. Aquí las que íbamos a arte, o Rachel y yo, íbamos impartiendo nuestros recién aprendidos conocimientos sobre El Bosco y cía. McTetis iba por otro lado, pero me echaba de menos. Lo siguiente que hicimos debió de ser comer, porque a esas horas ya tocaba. Sí, joder, ha sido decirlo y ya me acuerdo. Fue un viaje lluvioso, pero de llover durante los dos días a punta pala. Chispeaba y fuimos a un parque a comer, yo con mis amigas un bocadillo y McTetis a bar con los suyos. Tiraron pan, cien palomas aparecieron. Después de un rato en el parque fuimos por ahí vagando, algunos vieron algún famoso. Entramos a tiendas, vimos los teatros, recuerdos de Los 40 principales, vimos puestecillos. Y más tarde teníamos que reunirnos con el resto para ir al Senado. Aquí ya aparece en escena el Inca Team, bueno, no aparece porque llegan tarde al Senado y con bebida, que no sé si llegó a aparecer en esa máquina que te mira lo que llevas dentro de la mochila.
Estuvimos en el Senado, nos dieron una charla y nos regalaron una constitución. Muchos cuadros hay allí, y las mesas están rayadas como en el instituto. Después era ya bastante entrada la tarde y fuimos vagabundeando por Madrid un rato solos por nuestra cuenta, había hambre. Nos llevaron por fin al albergue después de marearnos un ratico. Dejamos las cosas, repartimso las camas. Me dejé algo y al volver a la habitación conté mal los pasos y acabé abriéndole la puerta a un oriental que se estaba cambiando de ropa. Perdón. Salimos. Algunos se fueron a Starbucks pero McTetis no quería y nos fuimos a un bar donde un chocolate caliente me costó 3,10€. Auch. Aun así mucha hambre. Me metí un chicle a la boca y seguimos el paseo, ya de noche. Yo acosando a una profesora con que a ver cuándo cenábamos pero la hora nada que llegaba. Llovía, McTetis me hacía fotos. Una pareja besándose entre edificios muy momento foto épica. Yo haciéndole una foto a un pato, salió borrosa.
Al final fuimos a cenar a un bufet libre y también nos tocó en el último sitio y peor rodeadas de gente a la que no agradábamos, pero que ellos a nosotras casi que menos. Comimos, pero Jauma, ese sí que comía. Llegó la noche y no salimos del albergue. Lo épico empezó ahora. Digamos que me lavé el pelo y subimos a la habitación de los Incas. Cómo describirlo… Olía tanto a pies que usaban porros de ambientador. Y la bañera era una nevera de cervezas. Grabamos un Harlem Shake que a día de hoy todavía no está montado. Gangrena me azotaba con la almohada, se lo estaba gozando tetes. Yo con la toalla del pelo no menos. Jauma que se tapaba con un libro. McTetis free style. Y Bianco que necesitaba un Harlem Shake para grabarle a él solo. Febril era el protagonista pero en realidad el que menos molaba, sa rayao. Pero antes de eso estaba colgando entre dos literas y se pegó tal ostia para haberse matado, o dejarse el cuello en Madrid por lo menos. Luego nos fuimos a jugar a las cartas a la habitación de Chusma y Jaravi con porno en la tele de fondo, estaba el móvil de Futón y queríamos probar a llamar, pero pudimos porque no nos sabíamos el patrón. Jugábamos al Culo y se oía de fondo “quiero correrme en tu boca” frase legendaria desde entonces. De repente llegó Futón y los obligó a dormirse y a nosotras a irnos.
Pensábamos que la noche acababa y nos fuimos a nuestra habitación a dormir también. Eran como las tres am, creo. Llamamos a la puerta, las otras dos que no abrían. Whatsapps, cinco minutos en la puerta. Al final nos abrieron a oscuras. No estaban solas. Nos metimos a la cama, así sin cambiarnos, creo. Se oían besos. Me sentí violada. Y asco, un rato de asco. Miraba a McTetis para ver qué hacíamos. Se vino a mi cama. Quería mandanga, se le había pegado de lo afrodisíaco que había en el ambiente, que para quedarte embarazado. La rechacé sin dolor y decidimos huir. La cosa es, ¿qué cojones haces a las tres de la mañana cuando todo el mundo se ha recogido? Pues está claro, ir a la habitación del Inca Team. Fuimos y Bianco y Jauma en la puerta buscando aventuras donde ya no quedaban. Les solucionamos la noche a cambio de cobijo. Joder, qué peste a pies en esa habitación. Febril dormía cual oso hibernando. Los demás chillando, rayándonos con lo putas que eran nuestras bidas, despotricando contra la sociedad, hasta que nos dijimos de dormir. Tarde, era ya bastante tarde. Dormí en el suelo y McTetis con Jauma haciendo la cucharita. JAJA. A la mañana siguiente Febril se despertó y nos vio y fue como, ¿qué ha pasado aquí? ¿cuando?
Y lo siguiente ya es parte del Día II. Próximamente.
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